La trama de experienciasSomos los creadores de las circunstancias que enfrentamos

El pasado es un conjunto de experiencias que se recrean en las escenas en las que participamos (física o mentalmente); está codificado en referencias históricas que se activan ante distintas escenas. Las experiencias del pasado se sostienen por sutilezas ocultas en las escenas del presente. Cada episodio revive, evoca, transforma, redefine un momento de nuestras vidas. Participamos en escenas cotidianas con un conjunto de referencias históricas que enmarcan y le dan significación a ese momento.
Nuestras experiencias son representaciones de los hechos que surgen de nuestros pensamientos y emociones (lo que pensamos y lo que sentimos). A partir de esta combinación, la relación con los hechos se convierte en la relación con nuestras experiencias sobre estos fenómenos. Somos los autores de los argumentos que dan forma a los sentimientos que generan las experiencias. Cuando describes los hechos, explicas tu experiencia sobre estos. ¿Alguna vez te has puesto a pensar las historias que escribes sobre las emociones que experimentas?

Cuidar la calidad del guion personal

Las palabras que usamos definen las experiencias.
Cuando las experiencias son oscuras, tus decisiones se restringen a elecciones compulsivas. Cuando las experiencias son claras, puedes encontrar más oportunidades en tu propio paisaje. No puedes controlar la dinámica de muchas situaciones en las que participas, tampoco puedes controlar las emociones que generan esas situaciones. Sin embargo, puedes transformar tus experiencias abordando los componentes que influyen en el diseño de tu realidad virtual. Al mantener el cuidado de tu guion, puedes mantener limpio el espacio donde vives y recrear los argumentos de tu realidad virtual. Esto implica atender al sentido de las palabras que usas en tus narraciones para evitar contenido nocivo e irrelevante que pueda nublar tus experiencias.

Cuidar las escenas cotidianas

El pasado se recrea en las escenas del presente.
Para nuestro cerebro, sean reales o ficticias, las escenas siempre involucran energía y electricidad. En este sentido, podemos sentir una “química especial” en una relación; podemos sentir una “conexión” con una persona o el “rechazo físico” en otras situaciones. Si bien no podemos controlar completamente la dinámica de las escenas diarias, podemos estar atentos a nuestra exposición personal en esas situaciones. Las escenas generan consecuencias emocionales, lo que coloquialmente definimos como buena o mala química, vibración positiva o negativa. Cuidar tu exposición en las escenas significa cuidar la química y las vibraciones a las que te expones.

Hoja de ruta

Sutilezas transformadoras para recrear las experiencias.
Preserva el valor de las palabras. Cuidar tus palabras implica cuidar tu mundo interior. La verboragia sin sentido contamina tu paisaje interior.
Reconoce tus proyecciones. Ten en cuenta lo que tomas y lo que colocas en otros guiones. Puedes enriquecerlos o transformarlos en un marco opresivo.
Enmarca la rutina. Este punto se refiere a la preservación de la privacidad. De lo contrario, la rutina definirá lo que es importante en tu vida.
Aléjate de situaciones nocivas.. La agresión transforma tu paisaje en un campo de batalla o en un territorio de sufrimiento.
Transforma la frustración en aprendizaje. No subestimes la incomodidad que genera frustración de nuestras expectativas. La tensión introduce algo nuevo en tu vida.
Alimenta tu inspiración. El entusiasmo personal define la extensión de tu horizonte, es la expresión del futuro en tu paisaje.